Emma
Si tuviera un cuenta felicidad, ya estaría en la zona roja. Hoy vi a mi bebé, del que siempre hablamos, lo ví moverse, su cabeza, sus piernas, su corazón latir fuerte, todo, completo y por fin supimos su sexo…NIÑITA!!!!!!, Siempre supe, pero ya que todos decían que era niñito, me entraron las dudas, hasta que el doctor dijo “C’est une fille”, es una niña!!. Con Cristóbal nos tomamos la mano bien fuerte, porque sabía que los dos teníamos ganas de llorar de felicidad, de ver que todo estaba bien, que nuestra pequeña Emma está sanita. Así nos quedamos el resto de la ecografía con la mano tomada bien fuerte, mirando a nuestra hija en el monitor.
Una alegría enorme nos invadió, y al mismo tiempo miles de preguntas se me vinieron a la mente, ¿seré buena mamá?, ¿me querrá?, ¿qué voy a hacer?, no sé, creo que es natural, es un poco lo desconocido, el enfrentarse a una nueva situación, una situación maravillosa en la vida que no tiene comparación alguna. Cuando pienso esas cosas, de qué haré y como lo haré, siempre pienso en mi abuela. Mi abuela tuvo 11 hijos, en el campo, sin saber leer, ni escribir, con lo mínimo. Todos están vivos y son buenas personas, son mi familia y no porque sea mi familia digo que son buenas personas, porque hay veces que uno tiene familia que no vale la pena contar. Ellos son buenas personas, generosos, amigables, son gente feliz, siempre riendo, tirando bromas, preocupados por los demás. Mi abuela los crió a todos, dentro de la precariedad y para mi es un ejemplo. En eso pienso cuando se me vienen las preguntas a la cabeza.
Seremos padres de una niña, ya somos padres de Emma. En la ecografía se veía perfecta, preciosa, con todo lo necesario para decir que es una niña hermosa, si bien estaba en blanco, negro y gris, ver su cuerpo, sus contornos, su nariz, para mi ya es la niña más linda del planeta, no se a quien se parece, pero eso es lo mejor, porque será un ser independiente, amable, cuidable, educable, abrazable, será un bebé, será nuestro bebé, nuestra primera hija. Claro que aún es raro, ver que esta completa, con todo, pero que esta oculta en mi vientre, para después hacer su gran aparición cuando lo estime conveniente, es tenerla y no tenerla al mismo tiempo, es sentirla, pero no escucharla, ni tocarla, pero saber que escucha, que se mueve, que esta sana.
Quizás todo se va viendo en el camino, por muchos libros que lea, por muchas preparaciones al parto a las que asista, todo se ve “en la cancha”, veremos como enfrentamos esto, los dos, Cristóbal y yo. Lo único que sé es que tenemos lo básico, muchísimo amor.
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