En Chilers
Lo único que queríamos era llegar a Chile, ver pronto y rápido París y subirnos al avión. Extrañábamos todo, la familia, los amigos, los árboles, las calles, todo. Si bien no había pasado mucho tiempo, apenas 11 meses, teníamos ganas de sentirnos en casa y Chile, Santiago, es nuestra casa. Por eso muchas veces cuando hablan mal de tu casa da rabia y pena, sabemos los pro y los contra de Chile, pero de ahí a hablar mal de tu país, es francamente amargo. Nos vinimos con comentarios bien desalentadores sobre los nuevos progresos, la costanera norte principalmente, cuando nos fuimos todavía estaba en construcción, así que no sabíamos que encontraríamos. Daba lo mismo, claro es mi país, pero la infraestructura era una de las cosas que menos me importaba a esas alturas donde solo pensaba en ver a mi familia.
El viaje fue largo, largísimo, cansador, pero ibamos a casa, llegaríamos a descansar, regalonear y a dormir, solo eso en mente, descansar….lo que no hicimos mucho.
En el aeropuerto nos esperaban nuestras familias, con flores y abrazos, con mucho amor, pero con la sensación de haberlos visto hace poco, gracias a las comunicaciones.
Nos fuimos a la casa por la costanera norte, buenas calles, nada que me desagradara tanto como para ponerlo de tema en una conversación, la verdad la encontré bien, nos demoramos menos, claro que hay que pagar y eso si es una lata. Punto.
Que rico poder reencontrarse con lo conocido, cada calle, los barrios, todo, era llegar a lo mío, lo nuestro, eso que te pertenece ya de tanto recorrerlo, de crear lazos con la tierra, la gente, las calles, saber donde están los barrios peluos y los cuicos, los barrios baratos y los caros, decir “voy a patronato” y listo, o “voy a independencia”, o “voy a rosas” o “voy al alto”, etc, etc, llegar a la calle donde esta tu casa, o la de tu mamá, ver los árboles, el hoyo de la vereda que esta desde que te fuiste y de mucho antes incluso, todo eso, el pasto, el aromo del frente, el Mapocho, todo eso con lo que creciste, el parque forestal, el almacén de la vuelta, el portero del edificio, el cartero resongon, cada minuto es un redescubrimiento, un reconocimiento, una felicidad de estar ahí y decir “este es mi país y pertenece”.
Nos esperaron con empanadas, almorzamos todos juntos y eso fue rico, nos sentimos más familia que nunca, más con nuestro hijo por llegar, fue entretenido y emocionante, todos querían saber todo, mi hermana quería mostrarme sus fotos de la montaña y yo mostrarles las de París, fue una gran alegría verlos a todos bien, y ver que casi un año es absolutamente nada cuando tienes más de 20, porque claro, los primos chicos, grandes, los bebés, niños y así, solo ahí vemos el paso del tiempo.
Ese día estuvimos cansados, entre el viaje y el cambio de hora, me acosté a las 7 de la tarde, y desperté a las 5 de la mañana, pero feliz, dormí con mi hermana, quería estar con ella lo más posible, todo el día y la noche, a cada segundo, que me contara todo y nada, que solo estuviera al lado mío y punto, abrazarla y regalonearla.
Los días se pasaron volando, 19 días no es nada para compartir con tantos amigos y tanta familia que nos quiere, eso fue rico, sentir el cariño de todos, sobretodo cuando contamos la gran noticia, estábamos en la casa de Cristóbal con todos los amigos y el dice: “vamos a ser padres” y en un segundo escuche silencio, gritos, ooooohhh!!, fue divertido, ver las reacciones de nuestros amigos, ver su felicidad y su asombro, jajajaja, fue lo mejor, por algo nos aguantamos 3 meses para contarlo.
Lo pasamos demasiado bien, pero fue rápido, aun no nos damos cuenta como ya estamos acá en Nîmes, para la próxima sabemos que por lo menos debemos ir un mes, nos faltaron tantas cosas que hacer, que visitar, que comer, que disfrutar. A continuación paso a numerar todas las cosas que nos faltaron hacer:
1 ir al cine a ver la fabrica de chocolates
2 ver los coristas con la cata comiendo sufles
3 ver el viaje de shihiro con la cata comiendo chocolates
4 comer dulces de tablilla
5 sacar fotos de santiago y de la cordillera nevada hasta abajo
6 ir a la vega
7 ir a comprar a independencia
8 ir al museo, porque si
9 pasear más por el centro
10 ir a rosas
11 ver a todos los amigos por 2 o 3 vez
12 ir a la playa
13 quedarme más días en el campo con mis abuelos
14 almorzar en la casa de la Camila
15 comer más empanadas y más cazuela
16 regalonear más
17 tomarme los milk shake que se quedaron en el refri
18 ver a la maca
19 invitar a comer una segunda vez a todos
20 estar acostada un día completo viendo tele con la cata y afuera lloviendo.
21 comerme un “estereo”
Son más cosas , pero cuando las enumero siempre parecen menos, es que cada una significa mucho (aunque hablamos casi de pura comida, jajajajaja).
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