Aquí, en un lugar al sur de Francia...

Día a día, en la maison à Nîmes, los amoureux se visten de preguntas, reclamos y besos. cada día algo nuevo, una palabra un gesto un abrazo....un combito, una rabieta, un mordiscón....que pasará??, serán los sintomas de la vida juntos??? Esto y mucho más...(y de menos tambien), en nuestro próximo Blog.... Aquí, en su mismo compu, en su mismo servidor de internet...

sábado, octubre 29, 2005

Benedictinos, Chile

El último domingo fuimos a misa a los benedictinos. Pedro nos había pedido que fuésemos y la verdad es que yo tenía muchas ganas de conocer esa misa de la que tanto me habían hablado. Cuando llegamos me impresiono la arquitectura, súper minimalista, me gustó. Adentro no había nada más que el altar simple y bancas para sentarse, no había cruz. Cuando llegaron los benedictinos supe que ellos son los que traen la cruz y la colocan simbólicamente frente al altar, como remarcando la presencia de Dios.
Más que nunca puse atención a la misa, a cada palabra y creo que por eso no se me hizo larga, no se si por estar embarazada o por el tiempo que no había ido, pero me emocionó mucho estar ahí, fue súper simbólico, sentía que estaba dando gracia por todas las cosas que nos han pasado, nuestra vida juntos, el trabajo de Cristóbal, mi sueño de vivir en otro país y lo más importante, nuestro hijo.
Terminó la misa y salimos. Pedro y Luisa se habían quedado adentro. Cunado salimos yo estaba tan emocionada que lloré, porque sentía (y siento) que somos súper afortunados de estar juntos, de tener amigos que nos quieren, una familia que nos ama y poder compartir la noticia de ser padres con todos y que todos estén tan tan felices, es maravilloso, no hay nada más importante que sentir el amor de los que te rodean y ver que ellos se ponen contentos con tus logros, somos muy afortunados.
De pronto aparece la Luisa y nos dice que un cura nos va a bendecir, a los tres, para que lleguemos bien, en nuestro regreso. Yo me seque las lagrimas y fuimos. Era en una capilla, había harta gente y no veía a ningún cura. Esperamos un rato y aparece un cura viejito, de unos 90 años. Nos pusimos los 4 rodeando al cura, como en un círculo, Cristóbal y yo nos tomamos de la mano y empezó a buscar la bendición para los que viajan (hay bendiciones para todo parece), no encontraba la hoja. Pedro aprovecho ese instante para decirnos que nos tenía un regalo… eran anillos, uno para cada uno, el símbolo de la unión y fue allí cuando no pare de llorar de pura felicidad. El curita por fin encontró la página y comenzó a darnos la bendición en latín, no entendí mucho, pero como estaba llorando ni en español hubiese entendido.
Esa mañana fue mágica, llena de sorpresas y emociones. Cristóbal estaba nervioso y era de puro aguantarse la emoción. Finalmente fuimos al pueblito a comer empanadas de queso y pino y a comprar dulces antiguos como los “pololeo”, manjares, huevitos, guaguitas…mmmm!!! Comiendo las últimas cochinadas en chilin!.
Gracias por esa mañana, la mañana del 4 de septiembre del 2005.

1 Comments:

Blogger jpkarich said...

Para nosotros tambien fue super emocionante la ida a Misa a los Benedictinos fue todo muy especial con el sonido del organo llenando esa arquitectura minimalista como dicen ustedes pero ademas cocebida en la proporcion aurea o numero de Fibonachi.Emocionante fue tambien ver que el cura Angel seguia vivo y que fuera este hombre SANTO y gran cantante gregoriano el que coronara con su presencia algo que yo deseaba profundamente , pero en el secreto,la bendicion de vuetra hemosa relacion.los quiero mucho y los felicito por ese hermoso presente que llegara en marzo .

2:31 a. m.  

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