Camila
Cuando pienso en la Camila, tengo el recuerdo nitido de la sala de kinder en la escuela EN17 en Santo Domingo entre Mac-iver y San Antonio. Veo la sala de madera, una casona antigua con puertas delgadas y altas, con vidrios, con cortinas, un pizarrôn verde, muchos juguetes de madera para armar, armamos casas, puentes y leseras. En la formaciôn cantamos "Orden y patria, es nuestro lema..." y despues el himno nacional, todos los dîas o quizâs solo los lunes.
Los recuerdos son muchos, en el taller de su mamâ fabricando autos con cajas de fosforos, en el parque forestal jugando a inventar historias locas que asustaban a mi mamâ, en el edificio subiendo y bajando escaleras, en el taller subiendo al segundo piso y tirando los monos por el tragaluz. Es una amistad de años, de toda la vida, de esas que estan siempre ahi latentes, quizas no a cada rato ni a cada segundo, pero que forman parte de nuestras vidas, de nuestro imaginario cosmico.
Este verano fueron sus vacaciones en mi casa, compartimos, paseamos, sacamos fotos, comimos helados, cocinamos, me ayudo a cuidar a la Emma y Emma estaba feliz con ella. Que rico fue poder compartir una vez mâs con una amiga con la que hay tanto que recordar y tanto aun por vivir.