No había escrito antes sobre esto, sólo por falta de tiempo, porque las ganas no me faltan!!!.
El día que nació Emma, la colocaron de inmediato en mi pechuga y como mamaba!!! Era impresionante, esa fue la tercera cosa que sabía hacer después de respirar y llorar. Mamaba ene, daba gusto ver como se alimentaba!!. Quedamos súper tranquilos con eso, sabíamos que Emma se alimentaba bien.
Pasaron las horas y continué dándole, ene rato, en una pechuga se quedaba hasta 40 minutos!!!!! Y parecía querer más, las enfermeras me decían que estaba bien porque era puro calostro y que por eso tenía tanto hambre, aparte porque fue un bebé súper grande, una niña de 3 kilos 760!!! No hay que olvidar!
Al otro día vino otra enfermera y me decía que pronto me bajaría la leche, yo me puse súper contenta y optimista, a pesar de no saber mucho del tema. Ahí me puse a pensar que es increíble que no sabía nada de eso, más que lo que había visto, mis tías dando pecho y punto, para mi era así de fácil y evidente, punto.
Las horas pasaban y yo no sentía ninguna diferencia en los pechos, nada, ni afiebrados, ni llenos, los sentía normales. Llegó el tercer día y no me bajaba la leche, volvían las enfermeras a preguntarme si sentía fiebre o algo y yo…nada. Me decían que no me preocupara y que no me desilusionara, yo estaba lejos de sentir eso, estaba bien optimista, obvio que me tenía que llegar la leche tarde o temprano, ni pensar en no amamantar!! Si hasta había soñado con eso!!!, es que al parecer las francesas son bien dadas a tirar la esponja en asuntos lácteos.
Al otro día pesamos a Emma (los bebés se pesan todos los días en la maternidad, pues no pueden bajar más del 10% de su peso) y, a pesar de que mamaba ene, había bajado el 10% de su peso. Nosotros no nos preocupamos tanto y seguí dándole pecho. Ahí una enfermera me evaluó como estaba dando de mamar, para verificar que era lo que pasaba. Emma no tragaba. Emma solo jugaba con la pechuga….que hacer???, decirle que tiene que tragar????, claro la enfermera me decía que tenía que escucharla avalar la leche y yo no escuchaba nada y ella tampoco, “Esta Emma es una Chippie” fue lo que dijo la enfermera. Después la puericultriz me decía que los bebés que nacen en el mes de marzo son así. A cada nueva enfermera, un nuevo consejo, una nueva forma de hacer que tragara, en fin, todas con su mejor voluntad, pero nosotros quedando cada vez más confundidos.
Esa noche fue una noche difícil, la puericultris nos dijo que Emma estaba en riesgo vital, porque se podía deshidratar y de ser así la tendrían que transferir…cuento corto, nos asusto un montón y nos dijo que había que darle relleno con pipeta al momento que yo le daba pechuga, así era como más natural. Eso hicimos, toda la noche, preocupados por nuestra chiquitita que venía de nacer. Teníamos ene susto, pero seguíamos optimistas.
Al otro día Emma había subido de peso y ese fue nuestro ticket de salida!! Al fin nos íbamos a la casa, con un poco de susto porque la leche aún no me bajaba.
El cuento de la bajada de leche es bien variable, algunos dicen que al tercer día te baja y otros que no, que hasta el día 15 no te baja la “verdadera leche”, la cosa es que me bajo la leche y claro las pechugas me crecieron ENE, tenía mucha leche para mi bebita.
Otra cosa que nadie te dice, es que el pezón se te hace mierda los primeros días con la succión del bebé, realmente mierda. Habían momentos que lloraba del dolor, me miraba los pezones destruidos, agrietados y con sangre incluso. El dolor que se siente lo describió muy bien mi mamá cuando dijo que era como si te chuparan una herida, uy…me acuerdo y me duele, pero es tan poco el tiempo que duelen, son 2 semanas o 3 a lo más, ahora Emma tiene 1 mes y medio y no me duele nada, es maravilloso porque disfruto dándole de mamar, porque me mira feliz y hasta me conversa!!! Es exquisita.
Una cosa es el embarazo, otra el parto y otra la bajada de la leche, algo que todas creemos saber, pero que en realidad esta lejos de ser evidente.